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El ¿debate? a cuatro

plano general de los candidatos en el debate a 4

Ayer, en un acto de campaña electoral, se veían las caras los cuatro candidatos al gobierno. El gran debate como lo hemos visto anunciado en más de una cadena de televisión no era más que un nombre que venía grande para lo que realmente vimos.

Entendemos como un debate un acto en el que los interlocutores participan de forma activa en la generación de un dialogo, un intercambio de opiniones, según la RAE el debate es controversia discusión, un combate, una lucha. Muy lejos de lo que pudimos apreciar ayer. Mientras uno hablaba el resto miraba a sus notas apuntadas con anterioridad para escupir y vomitar un discurso que ya traían de casa, más que un debate, parecía cómo los candidatos estaban dando la lección a sus padres los días previos a un examen.

La organización

El debate estuvo organizado por La Academia de la Televisión que está integrada por más de 1000 profesionales que además de académicos tienen un porrrón de años de experiencia y trayectoria en el mundo audiovisual, lo que quiere decir que conocen además de la historia de la televisión, las tendencias y los gustos en los telespectadores, nada lo parecía. Un fondo aburrido para un debate aburrido y con pocas novedades.

Montaje y preparativos del debate a 4 de 13 de junio de 2016
Debate de los candidatos a presidente

La escenografía y la estética

Un decorado de tablas, que según en la cadena que lo vieras parecían azules o negras. Puestas ahí sin más, con un cuadro horizontal y muy alargado abstracto. Detrás de los atriles todo parece más sencillo, al menos tienen una zona de confort de la que no saldrán, es mucho más cómodo hablar tras un atril que sin nada delante, esta vez estaban protegidos.

Otro de los puntos que corresponden a la estética es también el vestuario de los políticos, que lejos de representar el cambio que tanto solicitan parece un desfile desfasado, aquí los gustos para todos los colores, aún así, arriesgar un poco en la indumentaria no significa ahorrar unos euros solamente, que también, sino representar ese cambio, ya que por su dialéctica no lo parecía.

presentación y atuendo de los candidatos en el debate a cuatro
presentación y atuendo de los candidatos en el debate a cuatro

La música para la entrada y salida de las pausas publicitarias parecía que más que a un debate animado asistiamos a una ceremonia del s.XV de la corte, pronto saldrían los bufones y otros divertimentos. Y tampoco. Algo de emoción hubiera estado bien.

La producción y realización

El sonido no debía estar muy afinado, mientras hablaban cualquiera de los participantes del debate sonaban ruidos extraños, como si un micro estuviera mal ubicado, o hubiera interferencias que generasen esa molestia, muchas de las veces, coincidía con el movimiento de las notas de los candidatos o el roce de la americana con la camisa.

La iluminación pues bueno tampoco es que haya sido la mejor, los atriles al comienzo del debate se iluminaban del color de cada partido, sin embargo, esos leds no volvieron a lucir, podrían haberlo utilizado para crear ambiente y un mayor dinamismo, por aquello de mantener el interés del espectador. El ritmo del debate parecía una lectura sin más de algún libro aburrido que ya habíamos leído.

En ocasiones los planos que la realización nos permitía ver se quedaban a medias cuando veían que alguno de los oponentes poner caras raras o de sorpresa, tampoco es que tuvieran mucho margen para la innovación pues cada uno miraba a su atril si hablaba otro y a la cámara o moderadores cuando le tocaba hablar, ¡Vaya debate!

El cambio ¿Qué cambio? ¿Qué novedades? 

Nada novedoso ni en el contenido, ni en la actitud ni en la forma de debatir, algo que realmente sorprende. Los medios, más de 1000 profesionales estaban en el «torneo», creían que tendríamos un ganador en el debate y que decidiría, o mejor dicho, serviría para captar los votos de los indecisos, y debe ser que los consideran zombies, en tanto en cuanto que la forma de explicarse y debatir con sus compañeros también lo parecía.

Está bien que todos expongan de una forma clara lo que van a hacer, sin embargo, hay muchas opciones para hacerlo, en las redes sociales y por iniciativa de uno de los partidos se inventaron que el debate fuera un juego para beber, cada XX palabras que se repitieran tendríamos que beber un chupito, más de uno irá al «tajo» con una resaca monumental. Algo que generó bastante revuelo en las redes sociales y los programas de análisis del debate, no era para menos

el debate a 4 una excusa para beber
el debate a 4 una excusa para beber

Un debate y más de esta envergadura debería ser ameno y obviamente tendría que haber debatido en alguna de las situaciones que se les plantearon. Más que a un debate asistimos a cuatro mitines de cuatro partidos políticos, mitines bastante más moderados que a los que nos tienen acostumbrados de insultos y pataletas con otros de los candidatos, quizá el miedo, quizá los nervios, quizá que sólo querían vender…

Lo mejor del debate

Que los principales grupos mediáticos de nuestro país se unificaron en tres presentadores, dejaron las guerras habituales de las audiencias y trabajaron en equipo para un debate que podría haber sido algo más, algo que realmente hubiera decidido un ganador al menos. Y no como en este caso, que sirvió de sonmifero para muchos de los espectadores que pusieron la televisión.

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