La semana pasada nos hacíamos eco de los debates de televisión, las tertulias en la radio o los artículos de opinión en internet para pensar cuál iba a ser nuestro voto, muchos indecisos que buscaban saber qué candidato les podría hacer menos daño. Son muchas las opciones que hemos tenido para estar informados, incluso el día de la «reflexión».
La jornada de reflexión son las 24 horas antes de la jornada de elección y ésta se rige por una serie de condicionantes legales, por ejemplo, el artículo 54 afirma que los candidatos no podrán hacer propaganda y tampoco solicitar el voto. En cuanto a los medios de comunicación: no deberían publicar encuestas durante los 5 días previos de las elecciones, sin embargo, quien hizo la ley hizo la trampa, pues este tipo de prohibiciones afectan sólo a nuestro a país, antes de ayer, el sábado previo a las elecciones el medio impreso y digital «El Periódico» cuya sede principal está en Cataluña y que tiene una edición en Andorra dónde si publica las encuestas relativas a España.
Si lo pensamos fríamente están en su derecho de publicar este tipo de encuestas en Andorra, también si las publicasen en otros periódicos internacionales…sin embargo la ética y la deontología de cada medio deberían estar presentes, aunque fuera un pelín. Por otro lado, en la LOREG se recogen los diferentes métodos y herramientas de comunicación política, propaganda, que tienen permitido hacer tanto los partidos políticos como los medios de comunicación.
Uno de los artículos cita que los medios de comunicación públicos no pueden vender espacios propagandísticos, sin embargo si deben recoger de forma equitativa los programas de cada uno de los candidatos. Este año hemos tenido dos grandes debates políticos, el que organizó Antena3 y el de todos los años de La 1, con grandes diferencias entre cada uno de ellos:
La primera y más importante es que en Antena 3 fueron capaces de unir a 3 líderes de partido y una sustituta (la vicepresidenta del gobierno) mientras que en el debate de La 1 sólo hubo debate para los dos partidos mayoritarios, y según lo que proponían las encuestas y según la LOREG ¿No debería haber sido a 4 en vez de 2?
Otra de las diferencias es el tipo de producción que realizaron, me llamó bastante la atención que en el debate a 4 de La3 pusieran a los candidatos de pie, sin atril de por medio ni nada, lo que ayuda a que no se sientan del todo seguros, no porque lo diga yo, sino porque la comunicación no verbal se complica más, tener algo en la mano, un boli, o un papel podría ser bastante, aunque estar de pie puede resultar un poco incómodo, los cuatro participantes estuvieron a la altura. En el debate de La 1, por el contrario, dispusieron una mesa, en el centro el moderador, y en los extremos los candidatos, sentados, tranquilos y con mayores barreras para entender lo que nos estaban diciendo con su lenguaje no verbal, en el corporal, lo único que se apreciaba eran los pies del presidente del gobierno en constante movimiento.
Una diferencia más son los tipos de producción y realización de cada uno de los debates, mientras que el de La1 eran planos demasiado sencillos y tradicionales, el primer plano, el plano general y el escorzo (en el que se muestra el hombro de uno de los dos participantes y se ve la cara del otro), tampoco es que diera mucho más juego la preparación del debate. En cambio el debate de La3, por la propia estructura ha servido para mostrar diferentes ángulos y planos con los que podíamos interpretar mejor lo que estaban contando.
Por otro lado, nos encontramos con la cobertura durante y después del día de la votación, prácticamente todos los medios de comunicación se hacían eco de las famosas «israelitas» las encuestas que se hacen a pie de urna mientras la gente está votando, que permitían hacer estimaciones que no estuvieron muy desencaminadas. El Gobierno puso a disposición de la gente una página web y una aplicación móvil para ir viendo en tiempo real el escrutinio que se iba realizando.
Las televisiones, en todas las generalistas, disponían además del plató con presentador y algún colaborador de cada partido, conexiones en directo y los datos más o menos actualizados con los oficiales. Debemos destacar el programazo especial que prepararon en la sexta, uniendo esfuerzos con dos programas que se convertían en uno más completo que el de la competencia y también más dinámico.
El programa de La Sexta además de estar muy bien desarrollado tenían un dispositivo «el pactómetro» con el que iban haciendo estimaciones sobre cómo se podría configurar el próximo gobierno en función de los pactos y el número de escaños que había recibido cada partido.
En definitiva, las televisiones privadas han sabido sacar mejor provecho a las elecciones que el ente público, quizá por recursos disponibles, o quizá porque la gente que trabaja en las televisiones son más tradicionales o innovadores, sea como fuere, ahora nos toca esperar a que se desarrollen las primeras conversaciones para saber quién será la persona y los partidos que nos gobernarán.
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