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Un experimento controlado en las redes sociales

Estos días está viralizándose un vídeo titulado The Dangers Of Social Media, Child Predator Social Experiment (Los peligros de las redes sociales, experimento social sobre pedófilos).

Tanto el experimento como el vídeo lo ha desarrollado un joven youtuber de 21 años, llamado Coby Persin. El autor se inventó un perfil en Facebook para responder a la pregunta ¿Cómo es de fácil o de difícil que un pedófilo rapte a un niño que utiliza las redes sociales?

El autor de la investigación creo un perfil en Facebook en el que fingía tener 15 años, seleccionó a tres chicas para hacerse amigo de ellas en las redes sociales, lo curioso es que primero Coby Persin, pidió permiso a los padres de las tres adolescentes con 12, 13 y 14 años respectivamente. Cada una con un contexto diferente.

Después de contactar con ellas comenzó a chatear con ellas durante cuatro días y al quinto hicieron por verse. El autor asegura que el contenido que el resume en un vídeo de Youtube de unos 6 minutos, expone que lo que se ve en el mismo es impactante. Además comenta que las conclusiones que él mismo saca podrían servir para ayudar a educar tanto a hijos como amigos en el uso de las redes sociales.

La primera chica se llama Mikayia, de las tres la de edad intermedia, y después de hablar con ella varios días, se van a conocer, y lo harán cuando los padres de la niña salgan de casa, una vez que se han ido, contacta de nuevo con Coby para avisarle que sus padres se han ido ya y que en 10 minutos quedarán en el parque, un parque que está muy cerca de la casa de la adolescente.

Encuentro en el parque
Captura de pantalla del vídeo del encuentro en el parque

Entre que espera que pasen los 10 minutos el investigador coloca una serie de cámaras escondidas en el parque dónde se van a reunir para que la adolescente no sospeche nada, una vez que llega al parque, Coby Persin se da a conocer y mientras la chica está asumiendo que la persona con la que ha quedado es mayor de lo que se esperaba, aparece su padre gritándole que si está loca por quedar con alguien a quién no conoce y con el que ha chateado apenas unas horas. La niña arrepentida pide perdón a su padre.

La conclusión de esta primera historia es que si por la calle no hablamos con desconocidos, ¿por qué sí lo hacemos en las redes sociales?

La segunda chica con la que se realizó el experimento se llama Julianna y tiene 12 años, y con el mismo modus operandi, Coby haciéndose pasar por un adolescente que sólo quiere ligar, consigue atraer a la menor para que se conozcan, la niña le dice, “Cuando mi padre se quede dormido, ven y nos conocemos”, mientras que el padre esperanzado con que no abra la puerta, está con el investigador viendo las reacciones que tiene su hija.

Coby le pregunta que dónde tiene que ir, y la joven, le da sin más su dirección postal para que vaya a visitarla, cuando piensa que su padre está dormido, le manda de nuevo un mensaje para que vaya ya, que ya no tenía moros en la costa para poder verse.

encuentro en la casa de la menor
Captura de pantalla del vídeo, encuentro en la casa de la menor

El padre y Coby Persin se aproximan hasta la dirección que ella les había mandado y según dice el padre, esa es su casa, el padre a todo esto estaba alucinando con la respuesta de su hija a un desconocido.

Le avisa que ya están en la puerta y que salga para conocerse, lo que no sabe es que con el que había quedado era mucho mayor y además aparece con el padre que le da una buena regañina, no era para menos, por abrirle la puerta a un desconocido que ha conocido en las redes sociales. La niña comienza a llorar por la reprimenda pero seguro que es una lección que no vuelve a repetir, nada de darle la dirección de nuestra casa a desconocidos.

La tercera y última niña del experimento se llama Jenna y es la mayor de las 3, con 14 años, en este caso además de mensajes a través de un chat, también hablaron entre ellos por teléfono. Del mismo modo que con las otras dos, el investigador se encuentra con sus padres, quiénes le ha dicho que se irían de fiesta, y con esta chica lo que se quiere es que se suba al coche en el que están sus padres y el investigador.

Tercer encuentro, en una furgoneta
Captura de pantalla del video del experimento, encuentro en la furgoneta.

Llegan al domicilio de la chica y ella sin más se sube a una furgoneta para irse de fiesta, los padres atrás escondidos y con pasamontañas le hacen creer que la están secuestrando, algo que puede pasar cuando le damos a los desconocidos nuestra dirección postal. O quedamos con ellos para irnos de fiesta.

La conclusión de todo es que a los desconocidos no debemos darle información y que tampoco debemos fiarnos de todo lo que vemos en las redes sociales. Tampoco debemos publicar información de carácter personal que pueda dar pistas de vulnerabilidad a los malos. Muchos maléficos aprovechan la inocencia para atacar, sin apenas esfuerzo a otros más débiles.

Si no sabes cómo educar a tus hijos, sobrinos, ahijados o alumnos, ponte en contacto en el mail usosegurorrss(@)gmail.com un equipo de expertos en psicología y nuevas tecnologías te ayudarán y darán pautas de comportamiento.

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