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desfortunios, despidos y otros en las redes sociales

Cada vez vemos más noticias sobre la cancelación de contratos o despidos que se producen por un mal uso o, mejor dicho, por opiniones contrarias en las redes sociales.

Una de las primeras noticias que se conocía halla por el 2010 el caso de una mujer que fue despedida por criticar a su jefe en Facebook. El comentario era algo similar a “Al parecer voy a estar por un tiempo fuera. Me encanta ver cómo la compañía permite que un paciente psiquiátrico sea supervisor”.

La médico de urgencias denunció ante la justicia como un despido improcedente y consiguió que le dieran la razón, ya que al final, aunque sea en las redes sociales no deja de ser una conversación como la que podríamos tener alrededor de la fuente de agua por ejemplo.

Al poco de esta denuncia, Alemania impulsó una batería de medidas para que la privacidad del trabajador estuviera protegida. Entre las cuales se prohibe utilizar la información publicada en las redes sociales para despedir a algún empleado.

Esta ley fue bastante polémica, porque también por el 2010 era cuando empezaban a ganar fuerza las redes sociales, nos sentíamos inmunes y publicamos sin ningún tipo de filtro.

Desde entonces han sido muchas las personas afectadas por expresar su opinión sobre algo con lo que sus empleadores no están de acuerdo. El último caso más conocido es el del futbolista Julio Rey, quien en 2012 publicó un tweet, cuando tenía 17 años, y era “puta depor” “puta riazor” y han servido para que el Deportivo de la Coruña cancele en seco el fichaje del jugador.

O el escritor catalán y presidente de una organización independentista catalana, Quim Torra, quien tras hacer algunos tweets bastante polémicos como «Los españoles en Cataluña son como la energía, no desaparecen, se transforman» y otros de carácter ofensivo. En un alarde de sinceridad, el editor borró no sólo el contenido de Twitter, sino también su perfil.

O el caso de Guillermo Zapata quien no pudo ejercer su labor en el ayuntamiento de Madrid porque hace años había publicado en tono de humor, según dicen, chistes de Irene Villa. Quien además se lo tomó con bastante sentido del humor ya que sabe que hay muchos chistes sobre ella, por desgracia.

Los comentarios negativos o contrarios a nuestras ideas no son los únicos que producen infortunios, sino opiniones que no se basan en nada más que la ignorancia, como fue el caso de David Bisbal. ¿Os acordáis? El artista, publico una serie de comentarios relacionados con una tragedia para promocionarse. Algo que fue bastante criticado por los usuarios de las redes sociales.

Otro ejemplo, es el de Toni Cantó, uno de los habituales también por sus errores en Twitter como algún tweet que hizo imitando a Rajoy y para ello usaba SH en vez de la S sólo.

Otro caso bastante polémico fue el tweet de una chica que estaba en la biblioteca y dijo que He ido a la biblioteca a estudiar como todas las mañanas y el chico de enfrente me ha dicho que si quería tomar un café” acompañado del hashtag MACHISMO PÚBLICO este tweet provocó una guerra de sexos en Twitter, con comentarios irónicos e inverosímiles.

Otra de las cosas que nos pueden pasar es que publiquemos datos privados por error, como fue el caso de Charlie Sheen quien publicó su número de teléfono en Twitter, o las filtraciones de otros números de famosos por algunos trolls.

Los trolls son personas que se esconden bajo una identidad falsa para digamos “tocar las narices” a otros, a las instituciones y o a personajes famosos del papel cuché. Algunos han conseguido hacer creer que Jackie Chan, Luis Miguel, Miley Cyrus, eminem o Lina Morgan hayan muerto en más de una ocasión sólo en las redes sociales.

Otras veces, descubren los números de teléfono de los famosos y los publican en las redes sociales y otras, ya de una forma más compleja consiguen los números de contacto del teléfono del famoso para después viralizarlo.

Sea como fuere, lo mejor es comportarnos como lo haríamos en la vida real, y quizá conservar algunos comentarios que podamos realizar de una forma más irónica o sarcástica dejarlo para cuando estemos con nuestro grupo de amigos. Ya que hay bromas, que ni siquiera en nuestro entorno tienen gracia.

Y si lo que queremos es utilizar las redes sociales para expresar nuestra opinión de una forma totalmente abierta es crear perfiles que no nos identifiquen con nuestro perfil profesional, ya que como hemos visto puede pasar facturas con elevados costes a largo plazo.

No debemos olvidar que lo que escribimos en las redes sociales quedará para siempre en nuestros perfiles, y que salvo que los tengamos cerrados a todo el mundo, cualquiera lo podrá ver.

Otra de las opciones también es borrar todo el contenido porque a saber lo que hemos publicado hace mucho tiempo en las redes sociales y de esta forma nos garantizamos que nadie lo sepa.

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