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¿Me pueden despedir por lo que escribo en redes sociales?

La semana pasada me preguntabáis por cómo veía el hecho de que quieran prohibir el uso de TikTok a los funcionarios y, mi primera respuesta fue algo así como «pues muy mal». Hoy vamos a hablar de las consecuencias y las ventajas que puede tener un empleado en las redes sociales y cómo se les ha formado o dado la información suficiente.

En primer lugar, estamos en un mundo hiperconectado, en el que muchas de las noticias, de la información que consumimos no proviene de los medios de comunicación sino más bien, de las personas que la crean en las redes sociales y, de entre todas las opiniones podemos formar una nueva, la nuestra, con una visión mucho más amplia que la lectura de la misma noticia en un periódico impreso, por ejemplo.

En esa hiperconectividad tenemos que sumar la importancia que le damos a la información que emana de los grandes directivos, de los ejecutivos y de los CEO, de hecho, hace poco comentamos que una de las tendencias de este año a nivel de marketing y redes sociales era la de crear contenido en primera persona para enfatizar los valores y la filosofía de la empresa para la que trabajan.

Por otro lado, tenemos también las cesiones de móviles de trabajo para los empleados, a quiénes les dan un dispositivo y les pagan las llamadas y la conectivdad. En teoría, nos dan ese teléfono y es, en gran parte, como si nos dieran una habitación al lado de la de nuestro jefe en su casa, para que cuando tenga sed nos de un grito y saltemos de la cama en busca de su vasito de agua.

Cuando nos dan ese teléfono, en el 99,99% de los casos nadie recibe un manual de instrucciones, no de cómo funciona el teléfono, sino de cómo debemos utilizarlo a nivel corporativo, es decir, nadie nos explica qué horario o qué tipo de aplicaciones tenemos permitido utilizar el teléfono. O si podemos llevar en horario de trabajo el nuestro encima. Tampoco nos dicen si podemos utilizar o no las redes sociales, ni tan siquiera en muchos casos si podemos enviar y recibir mails. No se preocupan de supuestos tales como: me atropella un coche y cuál es el contacto de emergencia.

Hay muchas partes que tienen vacíos que intentan limitar o educar a base de restricciones con fundamentos poco conocidos o muy ambiguos. Antes de prohibir utilizar las redes sociales, en concreto TikTok por las personas que tienen teléfonos de empresa para sus trabajos, deberíamos hacer un estudio y un manual de cómo los trabajadores a los que les entregamos el móvil deberían utilizarlo, a qué tipos de contenidos pueden acceder o cuál es la forma en que, como representate o trabajador de una empresa, tendría que comunicarse en internet.

Y, obvio, o así debería ser, en qué horarios podemos utilizar el teléfono, a qué horarios podemos responder mails o comentarios en redes sociales, en sí voy a poder sincronizar mi teléfono con otros dispositivos del hogar, como por ejemplo la calefacción, si las fotos que hagan puedo utilizarlas. En fin, la conclusión es que nos dan dispositivos para que gestionemos con los stakeholders con los que se relaciona nuestro puesto de trabajo, estar localizados y en parte, tenernos controlados.

Y ahora, cuando se han dado cuenta de que todos los teléfonos, bueno casi todos, los teléfonos de trabajo se utilizan también para el ámbito personal nos quieren prohibir, entre otros, el uso de TikTok. Claro, cuando se trata de una empresa privada o se trata de no utilizarlo en el puesto de trabajo, la decisión puede ser hasta coherente, al fin y al cabo hay muchas personas que no tienen demasiada ética y descargan para estar entretenidos un sinfín de aplicaciones en los teléfonos de empresa.

En esta ocasión, cuando hablamos de TikTok y sus prohibiciones tanto en el uso privado y personal, como en el ámbito laboral nos damos cuenta de que es algo más que pasar un rato mientras estamos esperando por la siguiente tarea o el siguiente cliente. Tenemos que empezar sabiendo que, el año pasado en la cumbre que se desarrolló en Madrid de la OTAN una de las conclusiones es que China era un rival sistémico que debido a la retórica de desinformación constante podría suponer que dañasen a todos los alíados. TikTok ya sabéis que es propiedad de una firma china, byteDance.

Canadá ha sido uno de los primeros países en prohibirla, después de que la comisión europea fuera tajante y expusiera que ni sus trabajaodres públicos no podrían utilizarla ni en el móvil del trabajo, ni en el móvil personal. Canadá de momento, sólo se lo prohíbe al y bajo «amenaza velada» les dice a los ciudadanos, «oye, mira a ver qué TikTok es muy mala, no te la descargues». No son los únicos, a ello se suman los EEUU o Dinamarca…

Por su parte TikTok también se defiende y alega que nadie, ningún país de los citados se ha llegado a poner en contacto con ellos para saber de primera mano qué es lo que pasa, no obstante, lo más paranoicos también inducen a que las motivaciones de la escapada de información se deben más bien a un movimiento de China de proposición de un plan de paz relacionada con la guerra de Ucrania, justo, oh casualidad unos días después empiezan los problemas para la red social.

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