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¡Me lo pido a los reyes!

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Las navidades están a la vuelta de la esquina y, para muchos pequeños, serán las navidades en las que tuvieron su primer teléfono móvil, se lo van a pedir a los reyes o papá noel para poder comunicarse con sus amigos, familiares, jugar, compartir contenido en las redes sociales y será un momento de aprendizaje y en el que los padres, tenemos que implicarnos al 100% para que aprendan y sepan utilizar no sólo el teléfono, sino también las consecuencias que se pueden derivar de su uso.

Unicef y la Agencia Española de protección de datos han publicado un decálogo en el que nos enseñan y fomentan para participar de forma activa con los más pequeños antes y durante la primera llegada del teléfono. Lo hacen en una campaña que se llama «Más que un móvil» y lo hacen en compañía de las principales teleoperadoras y otros medios publicitarios como JCDecaux y medios de comunicación como RTVE o la fundación A tres media.

Nos dan 10 consejos muy útiles y prácticos para que el acto de la entrega del móvil, junto con su uso sea lo más llevadero posible y que, vamos a ver a continuación:

Planificar la llegada del móvil

En este primer punto son los padres quiénes tenemos que valorar el nivel de madurez del niño o de la niña para poder entregarle este teléfono, la media de edad para el primer móvil empieza sobre los 10 años, aunque la gran mayoría los pueden utilizar desde los 12, considerando las necesidades que puedan tener, si viene solo a casa, si puede hacer trabajos con los compañeros…Además del grado de madurez, debemos tener en cuenta que nosotros los padres, también tenemos que estar preparados para los posibles problemas que se puedan derivar del uso de las redes sociales, aplicaciones, llamadas o aplicaciones de mensajería instantánea.

Una de las pautas que podemos establecer es la de crear un contrato físico en la que el menor esté de acuerdo en que no utilizará el teléfono nada más que para ponerse en contacto con personas que conozcan ellos y los padres, que solo lo utilizará unas determinadas horas al día o que, no se descargará aplicaciones sin previo aviso y consentimiento del padres.

Supervisión y control

Otro aspecto muy importante es que desde el momento en el que vamos a entregarle un teléfono con conexión a internet a nuestros hijos, debemos enseñarles a usarlo, usándolo con ellos, haciendo pequeñas actividades y también nos puede ayudar una aplicación de control parental con la que podamos ver qué y hasta dónde puede llegar. Eso sí, sin olvidarnos que cuantas más restricciones también más ganas de liarla, lo mejor es hacerlo con ellos explicándoles y aprendiendo a la vez.

Los datos personales en las redes sociales

Los menores de 14 años necesitan el consentimiento de los padres antes de inscribirse en las redes sociales, una vez que hemos pasado eso, podemos establecer nuestros perfiles, lo mejor, es crear con ellos el perfil público y privado que tendrán y definir, previamente, en qué redes sociales van a estar y cómo funcionan. Algo muy fácil que se puede hacer para ayudar a mantener la privacidad es crear por ejemplo, un nick o apodo, y dejar lo del nombre real para cuando sean mayores o busquen una red profesional en la que encontrar trabajo.

Interés por sus videojuegos

El entorno gamer cada vez es menos solitario, cuenta con más herramientas para estar conectado y nos permite acceder, incluso a compras de forma muy sencilla. La oferta de juegos también es enorme y por tanto, debemos estar al tanto sobre cuáles son los más adecuados para la edad de nuestros hijos, saber cuáles son sus objetivos y participar con ellos.

Saber con quién hablan

Conocer a los amigos y personas con las que interactua o comparte momentos, debemos enseñarles a no compartir imágenes ni fotos porque podrían acabar siendo motivo de un problema mucho mayor como el ciberacoso o el grooming. Y del mismo modo que nos interesamos por sus amigos del equipo, de la clase o con quiénes van a los cumples, también debemos hacerlo con los de redes sociales.

Estimular el sentido crítico

Muchas veces, las imágenes que compartimos en internet son selfies pero con acompañantes, debemos hacer hincapié en que les pregunten a sus amigos si están de acuerdo en qué publiquen una imagen suya o peor aún, invertarse cosas sobre sus amigos para hacer la gracia en las redes sociales.

Mostrar nuestra intención de ayudarles

A pesar de la ayuda que les podamos ofrecer todos los días, debemos exponerles que siempre que lo necesiten podrán contar con nosotros para contarnos cualquier situación, para enseñarnos cualquier contenido que les pueda provocar miedo o cualquier imagen que no sea demasiado apropiada. No les vamos a castigar, sino que, al igual que en la vida real, estamos enseñándoles lo que deben y no hacer, la diferencia es el móvil.

Tu respondes por tus hijos

Si ellos la lían, tu la pagas. Parece que se nos olvidaron aquellos carteles que decían: el que rompe paga, en internet ocurre lo mismo, y es que, si un menor de edad produce daños contra la privacidad de otros niños o adolescentes, serán los padres quiénes tengan que pagar las multas económicas derivadas de ellos.

Garantiza un espacio de desconexión

Todos los findes o todos los días organiza algún tipo de actividad en la que nadie, y digo NADIE, esté pendiente del teléfono, existen multitud de planes para desconectar como hacer deporte, leer, hacer alguna excursión…

Observar en la vida digital

De la misma forma que estudiamos sus comportamientos en la vide real, debemos hacerlo en la vida digital, estar pendientes de cómo es su comportamiento, si de repente después de estar activo mucho tiempo en redes, tiene cambios de humor o comportamientos exagerados.

En definitiva, como veis la guía del uso por primera vez de un móvil, va muy ligado a nuestro querido sentido común y experiencias previas, antes nos decían: no cojas caramelos en la salida del cole a los que no conozcas, ahora nos dicen, no aceptes las solicitudes de amistad de quiénes no conozcas. Aplicamos las mismas bases educativas pero en los entornos digitiales.

Por último, cuando algún padre tenga dudas, preguntas o quiera saber cómo actuar lo mejor es acudir a profesionales educativos, sanitarios o profesionales con experiencia que nos puedan dar alguna pauta para mejorar el comportamiento.