Hace unos días Facebook anunció que cambiaba el nombre, no es que Facebook ya no se vaya a llamar Facebook, sino que varia el nombre genérico, el nombre de la empresa que aloja no sólo a Facebook, sino a Instagram y WhatsApp y empezará a denominarse Meta, un cambio que no es nuevo en el ámbito de las grandes compañías de internet. Y es que, hace ya unos años, Google procedió a hacer lo mismo y creo Alphabet, una marca que engloba a todas las empresas y experimentos con los que trabaja.
Cuando las compañías nacieron lo hicieron con una misión y con una única plataforma, en el caso de Google fue ampliando de forma exponencial todos sus servicios y eso estuvo afectado a la hora de «lo legal» es decir de dar un proceso limpio que englobase a todos y cada uno de los servicios, también le ha pasado a Facebook, que nació como una «sencilla» página en la que podíamos agregar a personas para saber de sus vidas y contarles de la nuestra, y tan pronto como el número de personas nuevas inscritas iban creciendo también lo hacían sus beneficios hasta el punto de decidir a comprarse otras plataformas como Instagram o WhatsApp.
Estas dos plataformas nuevas para la compañía empezaron a operar bajo el nombre de Facebook con la problemática que además podría ocasionar, así que decidieron hacer más que un cambio de imagen crear una nueva con la que englobar todos los servicios y, por otro lado, añadir lo que vendrá siendo el futuro, el universo meta o, mejor dicho, el metaverso.
¿Qué es el metaverso?
La primera vez que oímos, o bueno más bien, leímos sobre el metaverso fue gracias al novelista Neil Srevenson, en la novela de ciencia ficción Criptonomicón, dónde una de las líneas del tiempo decide crear un universo de datos en una isla ficticia a la que denominó Kinakuta. Esto fue en el año 1992 y por muy de ciencia ficción que fuera, ahora estamos viendo sus predicciones hacerse realidad. El metauniverso es un espacio digital, virtual y colectivo en el que se pueden recrear diferentes entornos en los que podemos interactuar con otras personas. Y la idea que tiene ya en marcha Facebook es crear un universo en el que podríamos llegar a vivir, al menos de forma virtual. Y todo ello lo hacemos desde la realidad. Por poneros un ejemplo sencillo, podemos llegar a jugar un partido del deporte que practiquemos y mientras esperamos que lleguen los demás estar comprando en una especie de corner a pie de calle o estar en casa haciendo una ruta turística.
Eso sí, lo que vamos a necesitar si o sí son unas gafas de realidad aumentada para poder disfrutar de este tipo de experiencias.
Según las palabras del propio Marck Zuckerberg dentro de unos años todos podremos estar en el sofá de otra persona en forma de holograma y para ello, estamos viendo diferentes etapas de este proceso, por ejemplo con las videollamadas a través de portal, un sistema que mezcla tecnología de videollamada con dispositivo, aunque también lo hemos visto con la plataforma, también desarrollada por Facebook: Horizon. Una plataforma en la que aún no podemos crear comunidades pero sí registrarnos para probar la versión beta, una vez que accedemos, debemos responder a unas preguntas y en base a nuestra respuesta, nos llegará un mail o no para acceder a esta versión.
El metaverso no está destinado solo para Facebook sino que otras grandes compañías como Microsoft o Tinder ya están trabajando también en crear los suyos propios. El de Microsoft será a través de Teams, quizá una de las herramientas que más ha crecido gracias a la pandemia y, la idea que tienen está relacionada con algo muy similar al de Facebook, han tardado unos días más que Meta en anunciarlo, pero es oficial, podremos crear espacios virtuales en Teams para interactuar con otras personas.
Tinder por su parte, ya está moviéndose también para tener nuevas formas de interacción, hace poco introdujo un chat en el que los usuarios pueden escribirse en tiempo real, ahora, dan un paso más allá y están preparando su propio universo meta, en el que además tendrán monedas las tindercoins, las cuales ya están probándose en algunos países europeos.
Con las monedas de Tinder se pueden comprar por ejemplo, boost, que nos da la opción una vez que hemos pasado un perfil, volver a él para intentar hacer match o los superlikes, que ayudan a mejorar las coincidencias para conseguir citas, aunque más adelante también podrán comprarse otros servicios que actualmente están disponibles en las versiones de pago, cómo ver quién le ha dado me gusta a un perfil o verificar el perfil.
La idea que tienen en marcha es crear espacios tan reales como los habituales en los que se puede conseguir una cita, de tal forma que los usuarios puedan establecer conversaciones en un entorno virtual con forma de bar o cualquier otro escenario, y si les interesa a los participantes en esa cita, podrán irse a un lugar más privado a seguir con su conversación.
Como veis existe una carrera por dominar los mundos virtuales en los que cada uno tendrá su propia moneda para hacer transacciones dentro de esos mundos de ciencia ficción que cada vez están más cerca de dominarnos y de ser nuestra próximo lugar de encuentro.